Los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete reafirmaron ayer su voluntad de aprobar el texto del nuevo tratado de reforma institucional de la UE en la fecha prevista del 19 de octubre. Pero la primera jornada del Consejo informal de Asuntos Exteriores de la UE en Viana do Castelo (Portugal) no permitió superar los obstáculos planteados principalmente por Polonia sobre el texto del tratado, que están frenando su negociación.

El ministro portugués y presidente de la reunión, Luis Amado, reconoció tras concluir los debates que persistían "ciertos bloqueos" que exigirán nuevas reflexiones e interpretaciones de los servicios jurídicos de la UE.

La ministra polaca, Anna Fotyga, reiteró que su país exige quedar exento de la aplicación en su territorio de la Carta de Derechos Fundamentales, que recoge los derechos individuales, políticos y sociales de los ciudadanos europeos. Polonia reclama disponer del mismo privilegio que los demás países comunitarios concedieron a Gran Bretaña durante la cumbre de junio para lograr un consenso que permita reformar la UE, tras el rechazo del proyecto de Constitución europea. El Gobierno ultraconservador de los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski quiere impedir que la Carta de Derechos Fundamentales pueda limitar su legislación nacional.

Polonia también exigió que el nuevo mecanismo para poder retrasar la adopción de decisiones en el Consejo de Ministros europeo figure de forma detallada en el texto del nuevo tratado, y no en un documento anexo, como estaba previsto. El plazo durante el cual se podrá retrasar una decisión en la UE plantea otro problema adicional, ya que Polonia desea que este sea muy largo, mientras que los demás países solo aceptan que sean unos pocos meses.