Todo comenzó a principios de verano. En las redes sociales comenzaron a aparecer quejas de ciudadanos que constataban el mal funcionamiento de los navegadores situados en las proximidades del Kremlin durante algunos momentos del día. En algunas ocasiones, simplemente se silenciaba, y dejaba de funcionar; en otras, el afectado era 'teletransportado' lejos de donde verdaderamente se encontraba, señalando como 'ubicación actual' el aeropuerto de Vnúkovo, situado en el oeste, a una treintena de kilómetros del centro de Moscú.

La disfuncionalidad está afectando a todo tipo de teléfonos móviles, independientemente del sistema empleado, ya sea GPS oGLONASS, la alternativa rusa a los navegadores occidentales, y se puede prolongar durante algunas horas, normalmente durante la segunda mitad del día. Los taxistas moscovitas, que en su gran mayoría son reclamados por sus clientes mediante aplicaciones de móvil, son quienes más sienten las inconveniencias. En septiembre,según ha informado el portal de noticias Meduza, los participantes del maratón de Moscú se quejaron de que sus "navegadores se silenciaron".

El problema ha atraído el interés de los medios de comunicación independientes, que no han conseguido dar una respuesta certera al fenómeno, en especial debido al mutismo absoluto del Servicio Federal de Protección (FSO, por sus siglas en ruso) responsable de la protección de los altos funcionarios en Rusia, incluyendo al propio presidente.

Serguéi Oseledko, socio y especialista en temas de seguridad en teléfonos e internet de Notamendia, una empresa rusa del sector, sostiene, en declaraciones a EL PERIÓDICO, que las interferencias tienen su origen en "equipos situados en el interior del recinto del Kremlin" que intentan "engañar a drones y aviones no pilotados". La razón de que el usuario sea localizado precisamente en uno de los cuatro aeropuertos moscovitas radicaría, según esta tesis, en que la mayoría de estos aparatos sin piloto están programados para no volar en las cercanías de los aerodromos mundiales con gran tráfico aéreo.

Entretanto, los moscovitas prefieren tomarse todo este asunto con sentido del humor. Aleksánder Mamaev escribió en julio en su cuenta de twitter, lo siguiente: "Junto al Kremlin los GPS han dejado de funcionar. Es posible que allí vivan una rara especie dePokémons, y Putin no los quiere entregar".