Francia pagará un precio por su desafío a EEUU al oponerse a la guerra contra Irak en las Naciones Unidas. Este fue el mensaje del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien declaró que París sufrirá las consecuencias de plantar cara a los deseos de la superpotencia. "Tenemos que revisar todos los aspectos de nuestras relaciones con Francia, a la luz de esta postura", afirmó Powell, quien, no obstante, no clarificó en qué se traducirán las represalias de Estados Unidos.

Apenas silenciadas las armas en Irak, Washington ha comenzado a pasar factura por los comportamientos previos al conflicto. Francia encabeza la lista de aliados díscolos porque París humilló a la Administración que preside George Bush al bloquear la adopción de la resolución que hubiera legitimado la guerra por el Consejo de Seguridad de la ONU. "No pudimos conseguir los votos que necesitábamos para eso y yo creo que fue a causa de un veto cierto de Francia y de un probable veto de Rusia", declaró Powell a la cadena de televisión PBS, el martes por la noche.

FALTA DE COOPERACION

"Francia nos dijo que no había nada que pudiéramos escribir que ellos no vetaran", señaló al explicar el "periodo muy difícil" que EEUU atravesó en relación al voto de una segunda resolución, que la Casa Blanca acabó retirando por falta de apoyo. "Francia no jugó un papel cooperador", recalcó Colin Powell.

La irritación que causó la postura francesa en la Casa Blanca, sobre todo entre los halcones y, particularmente, en el vicepresidente, Dick Cheney, fue patente y no se ha enfriado, pese a que, pocas horas antes de las declaraciones de Powell, París propuso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la suspensión de las sanciones contra Irak, un gesto que Washington considera insuficiente. "Las sanciones tienen que ser totalmente levantadas, y no meramente suspendidas", señaló el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

MEDIDAS CONTRA PARIS

El lunes se celebró en la Casa Blanca una reunión para decidir las medidas a tomar contra París. No se llegó a conclusiones firmes, pero EEUU trata de recortar la influencia francesa en los organismos internacionales, empezando por la OTAN. Así, Washington se plantea proponer que las cuestiones importantes se aborden en el comité de planificación militar de la Alianza (al que no pertenece París), en lugar de en su órgano máximo, el Consejo. También podría excluir a Francia de los foros o reuniones consultivas que organiza con sus aliados europeos, así como de cualquier contrato para la reconstrucción de Irak. "Lo que se está estudiando es consultar menos con Francia en todos los niveles, desde el ministerial hacia abajo", explicó una fuente oficial.