Tony Blair perdió ayer por segunda en vez en menos de un año a David Blunkett, uno de sus grandes aliados en el Gobierno. Blunkett, al que Blair había recuperado como ministro de Trabajo y Pensiones tras las elecciones generales de mayo, presentó la nueva renuncia por violación del código ministerial de conducta.

Hasta diciembre, el político invidente (59 años) había sido titular de Interior, pero tuvo que dimitir en medio de un gran escándalo familiar por haber usado su poder para agilizar un visado para la niñera de su hijo.

Durante los meses que estuvo alejado del Gobierno, Blunkett aceptó varios empleos, entre ellos un cargo directivo en la empresa DNA Bioscience. En este paréntesis, se saltó tres veces las reglas que obligan a los exministros a consultar con un comité independiente la conve- niencia o no de aceptar determinados trabajos durante un periodo de dos años tras dejar el cargo.

El diputado laborista hizo caso omiso de las tres advertencias que le envió el comité encargado de evitar conflictos de intereses. "He cometido un error y estoy pagando el precio", comentó ayer el dimisionario. Blunkett se marcha dejando empantanada la mayor reforma social que prepara el Reino Unido desde la segunda guerra mundial. Le releva John Hutton.