El Parlamento Europeo entregó ayer el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia 2010 concedido al disidente cubano Guillermo Fariñas a una silla vacía cubierta con la bandera de Cuba. Las autoridades cubanas impidieron que el galardonado pudiera acudir a la ceremonia, al no concederle los permisos necesarios para salir de la isla. Fariñas, en un mensaje grabado, instó a la Unión Europea (UE) a no suavizar su política hacia Cuba, como lleva años intentando el Gobierno español, y a "no dejarse engañar por los cantos de sirena del régimen" castrista.

Fariñas fue galardonado con el Premio Sajarov "por estar dispuesto a sacrificar y arriesgar su propia salud y vida como medida de presión para conseguir cambios en Cuba", según la Eurocámara. Esta es la tercera vez que la disidencia cubana recibe el Premio Sajarov, a iniciativa del grupo popular, tras Oswaldo Payá, en el 2002, y las Damas de Blanco en 2005. "A pesar de que activistas como Guillermo Fariñas son perseguidos y encarcelados, su voz no puede ser silenciada. El papel del Parlamento Europeo es difundir su voz. El Premio Sajarov es el símbolo de la lucha del Parlamento Europeo por los Derechos Humanos en el mundo. La silla vacía del ganador de este año es el mayor ejemplo de lo importante que es esta lucha", declaró el presidente de la Eurocámara, Jerzy Buzek, durante la ceremonia.

Fariñas, en el mensaje grabado que fue escuchado de forma solemne por los eurodiputados en el hemiciclo, comparó la situación actual de los ciudadanos cubanos con la de los antiguos esclavos: "Para que yo u otro ciudadano de a pie pueda viajar al extranjero, se necesita una Carta de Libertad, como antes la necesitaron los esclavos, solo que hoy se le llama Carta Blanca".

"NADA HA CAMBIADO" "El hecho de no poder salir y regresar voluntariamente a Cuba es el testimonio más fehaciente de que por infortunio nada ha cambiado en el sistema autocrático de mi país", prosiguió el disidente. "No se dejen engañar por los cantos de sirena de un cruel régimen de comunismo salvaje", instó Fariñas a los eurodiputados y a la UE.

La actual posición común europea sobre Cuba condiciona la concesión por parte de la UE de ventajas económicas, comerciales y políticas a una transición democrática en la isla y a una mejora del respeto de los derechos humanos.

El discurso de Fariñas fue un duro mazazo contra la política promovida por el Gobierno español y el anterior ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, de derogar esa posición común europea. Negó incluso la bondad a las excarcelaciones de disidentes cubanos: "Sería un error pensar que fueron puestos en libertad".