BAGDAD. El líder iraquí, Sadam Husein (en el centro, con traje) se reunió ayer con los más altos oficiales de la Guardia Republicana, poco después de que comenzara el proceso de destrucción de los misiles tierra-tierra Al Samud 2. Sadam trataba de tranquilizar a esos mandos militares, que deberán dirigir la primera línea de defensa de Irak en caso de guerra y que mostraron rostros serios y preocupados. REDACCION