El presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella, pita este lunes el final del partido para formar un gobierno, después de que los dos vencedores de los comicios de marzo no se hayan puesto de acuerdo, ni se haya encontrado otra fórmula que refleje los resultados electorales.

En un maratón sin precedentes, Mattarella verá durante el lunes a las delegaciones de todos los partidos para comunicarles que toma nota de sus vetos recíprocos y que, dado que en el Parlamento no existe ninguna mayoría posible, propiciará personalmente la formación de un Ejecutivo.

Lo llaman “gobierno de tregua”. Podría durar incluso hasta 2019, o sea hasta después de la aprobación de los Presupuestos, en los que, entre otros capítulos importantes, hay una clausula para congelar el aumento del IVA, lo que sería un golpe para la economía y que lleva aplazándose desde 2011 a cambio de recortes.

Según varias filtraciones de presidencia, se trataría de un gabinete presidido por una personalidad que ofrezca garantías de europeísmo, tenga experiencia en asuntos económicos y sea capaz de afrontar las numerosas citas nacionales e internacionales, en las que Italia está ausente. Entre ellas, el debate sobre el presupuesto de la UE para los próximos años en los que Italia, de no estar presente, podría perder muchas bazas económicas.

Gabinete en funciones

El “Ejecutivo del presidente”, análogo a un gobierno técnico, podría no obtener un voto de confianza del Parlamento, en cuyo caso permanecería en funciones hasta las próximas elecciones, evitando que en su lugar hubiese un gabinete de indignados y antieuropeístas.

En marzo, los indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S) obtuvieron el 32,7% y la coalición conservadora, liderada por la Liga, en la que está Forza Italia de Silvio Berlusconi, consiguieron el 31,7%. Los primeros fueron el partido más votado y los segundos, la coalición con más consensos.

"Esto es un golpe"

Frente a la extraordinaria solución presidencial, los partidos han abandonado la diplomacia de los últimos meses. “Esto es un golpe”, ha dicho Beppe Grillo, fundador del M5S. “No existe tregua para los traidores del pueblo”, ha añadido Luigi di Maio, líder político del M5S y candidato a primer ministro.

Matteo Salvini, líder de la Liga, está intentado negociar con los indignados una solución in extremis, apuntando a un Ejecutivo que dure al menos hasta diciembre, lo que precisamente no quieren las instancias internacionales y parte de las nacionales.

Los sondeos de este mes indican que la Liga ha subido de dos puntos y que los indignados del M5S han aumentado unas décimas, sin que ninguno tenga una mayoría.