El Gobierno de México desplegó ayer cinco unidades especiales antisecuestro, al tiempo que el presidente, Felipe Calderón, convocaba a todas las autoridades del país a "ponerse de acuerdo para depurar los cuerpos de policía" y se sumaba al "justo reclamo" de las organizaciones ciudadanas, que convocaron una protesta para final de mes.

La presunta participación de varios policías en el secuestro y asesinato de Fernando Martí, de 14 años, ha provocado una auténtica convulsión en un país atemorizado y enojado ante el aumento de la inseguridad.

El heredero de Deportes Martí, la mayor tienda de deportes de México, fue secuestrado en junio por varios enmascarados vestidos de negro y con las letras AFI (Agencia Federal de Investigación) en la espalda, en un retén simulado camino a su escuela. Era la banda de la Flor (que suele dejar un crisantemo junto a sus víctimas) y exigía un rescate de seis millones de dólares, casi cuatro millones de euros. Su padre, Alejandro Martí, contrató a un negociador privado. "Los que se lo llevaron eran uniformados y lo que menos queríamos era saber de la policía", argumentó ayer el progenitor.

CADAVER EN EL MALETERO El empresario, que logró hablar con su hijo para corroborar que seguía con vida, efectuó un primer pago de dinero. Pero el pasado día 1 no fue el niño, sino su cadáver el que acabó apareciendo en el maletero de un coche, en el barrio de Coyoacán del sur de la capital, junto a una nota: "Por no pagar. Atentamente, la familia". El escándalo y la indignación fueron en aumento: entre los primeros detenidos se encontraron dos policías, uno de ellos, el comandante de la policía judicial local José Romero, adscrito a la zona del aeropuerto de la capital.

El conservador Gobierno federal se lanzó a la carga y denunció la falta de diálogo del izquierdista Gobierno de la capital respecto al estratégico asunto de la inseguridad ciudadana. La izquierda denunció que en el último año "aumentaron en un 35% los secuestros en el país", no solo en la capital, sino aún más en estados como Guerrero, Jalisco o Baja California, incluso en el vecino estado de México.

El presidente, Felipe Calderón, propuso imponer cadena perpetua a los secuestradores. El alcalde, Marcelo Ebrard, anunció ayer la desaparición de la policía judicial del Distrito Federal.

Ambos afrontan ahora una manifestación similar a la marcha blanca que en el 2004 denunció el auge de los secuestros. Ahora bajo el nombre de Iluminemos México , diversas organizaciones ciudadanas preparan para la noche del sábado 30 de agosto una gran manifestación con velas por el paseo de la Reforma y el centro de la ciudad. En su ánimo están, entre otras, las palabras del socio de Martí, el exbanquero Alfredo Harp --también secuestrado en 1994 por la ahora resurgida guerrilla del Ejército Popular Revolucionario--, que en la misa en memoria de Fernando invitó "a la ciudadanía a ponerse en los zapatos del joven plagiado y de sus padres".

CONFESION Uno de los secuestradores de una banda detenida estos días en la ciudad fronteriza de Tijuana explicó: "A mí me decían que los matara". El tipo perdió la cuenta de sus asesinatos, algo menor que la de amputaciones. Su jefe solía decirle: "La familia dice que está juntando el dinero. Córtale una oreja y se la mandas. Si en 15 días no dan nada, mátalo".