Por segunda vez en once días el presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, ha salido ileso de un atentado realizado por dos terroristas suicidas que detonaron sendos coches bomba que causaron la muerte al menos a 14 personas en Rawalpindi, cerca de la residencia presidencial.

El primer ministro paquistaní, Mir Zarafullah Khan Jamali, dijo a Efe que "este segundo atentado contra la vida del presidente es un grave fallo de la seguridad y, porque Dios no lo ha querido, no ha pasado nada que pueda desestabilizar el sistema".

Las dos camionetas, con unos 30 kilos de explosivos cada una, se encontraban estacionadas en sendas gasolineras.