El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, hizo hoy un llamamiento a la unidad para poder superar la actual crisis política abierta por las protestas de los sectores laicos contra el Gobierno islamista y su candidato a la Presidencia. "La unión, la fraternidad y la solidaridad", son los tres elementos con los que el país "podrá sobreponerse a cualquier problema", aseguró Erdogan.

Erdogan se dirigió hoy los ciudadanos en un mensaje televisado tras una fin de semana en el que se han profundizado las diferencias entre los sectores seculares -con un comunicado del Ejército y una multitudinaria manifestación- frente al Ejecutivo del islamista moderado partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). A pesar de que en el mensaje -grabado el domingo- no se hacía mención alguna a los acontecimiento de los últimos días, el contexto dejaba claro que la apelación a la unidad del país trataba de aliviar la situación política por la que pasa Turquía.

El primer ministro resaltó el gran avance que ha experimentado el país al comparar la situación económica entre 1923, año de la fundación de la República, y la actualidad, con especial énfasis en el gran crecimiento de los últimos años bajo su mandato. "Mientras nos acerquemos los unos a otros con amor podremos solucionar todos los problemas", agregó el primer ministro en su discurso.

Erdogan remarcó que los 4 años y medio de Gobierno del AKP fueron un gran éxito desde el punto de vista económico y puso ejemplos de ello en el número de aldeas a las que llegó el agua corriente, así como los kilómetros de autopistas construidas. El primer ministro recordó que en 1923 la renta per capita era de 45 dólares y que en 2006 alcanzó más de 5.400 dólares, poniendo como objetivo llegar a los 20.000 dólares en el 2023, el centenario de la fundación de la República.

El detonante de la actual situación de tensión ha sido la elección del próximo presidente del país, un cargo de gran simbolismo para los sectores laicos y para el que el AKP ha propuesto al hasta entonces ministro de Exteriores, Abdulá Gül, un islamista moderado. Gül, se sometió el viernes pasado al voto parlamentario para hacerse con la Presidencia del país, pero el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP, laico) impugnó el proceso alegando una vulneración en el procedimiento y apeló al Tribunal Constitucional.

La presidenta del Constitucional, Tulay Tugcu, dijo que los magistrados esperan hacer pública su decisión sobre la validez de la votación mañana o, como muy tarde, el miércoles por la mañana. Si la alta corte estima que el sufragio no se ajustó a la ley, se deberán convocar elecciones legislativas antes de que se designe al próximo jefe del Estado.

El CHP, la mayor formación opositora, boicoteó junto a otros partidos minoritarios la sesión para que no estuvieran presentes los dos tercios del aforo (367 diputados) necesario para elegir a Gül en las dos primeras rondas de votación. La división en la sociedad turca tuvo su correlato el domingo en las calles de Estambul, donde cientos de miles de manifestantes inundaron el centro de Estambul para expresar su rechazo contra lo que consideran una creciente islamización de Turquía.