Israel anunció ayer que flexibilizará el bloqueo de Gaza en los próximos días y permitirá una mayor entrada de bienes de consumo y materiales de construcción para que sean gestionados por las organizaciones internacionales. Pero, lejos de arrancar elogios, su anuncio ha ido acompañado de cautela y veladas dosis de desconfianza. Las nuevas condiciones están lejos del "nuevo marco" que pedía EEUU y en las antípodas del "levantamiento inmediato del embargo" que exige la Unión Europea. De momento solo hay dos cosas claras: el bloqueo naval continuará y las exportaciones seguirán vetadas.

Ni siquiera se sabía anoche si el anuncio es real e inminente o una maniobra para ganar tiempo ante la asfixiante presión internacional desencadenada tras el mortífero asalto a la flotilla de Gaza. La confusión deriva de los diversos comunicados emitidos ayer por el Gobierno, después de dos largas jornadas de deliberaciones. En el texto en inglés, enviado a la prensa y los diplomáticos extranjeros, se dice que el Gabinete acordó ayer "la liberalización del sistema para la entrada de mercancías civiles en Gaza", así como el "incremento del flujo de materiales para proyectos civiles bajo la supervisión internacional".

JUGUETES Y MUEBLES Pero el comunicado en hebreo omite la existencia de un acuerdo, que el diario Haaretz niega, y se limita a decir solo que Israel "permitirá la entrada de más mercancías civiles en Gaza". La nueva lista, según fuentes oficiales, incluirá todos los productos de alimentación, material educativo, juguetes, utensilios de cocina, toallas, muebles y colchones.

Hasta ahora, y desde el inicio del embargo hace cuatro años, la lista concreta de los productos autorizados se había mantenido en secreto. Aunque no llegaban a un centenar. Tanto la UE como el enviado especial del cuarteto para Oriente Próximo, Tony Blair, han pedido a Israel que cambie esa política. Quieren que olvide la lista de productos autorizados y se ciña a hacer públicos los artículos proscritos. Eso le ayudaría a otorgar un poco de credibilidad a su posición, ya que el Gobierno israelí sostiene que el objetivo del embargo es evitar la entrada de armas y de materiales que puedan emplearse con fines bélicos.

El anuncio israelí no ha convencido para nada a los palestinos. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) dijo ayer que las medidas son "insuficientes", mientras que el Gobierno de Hamás en Gaza las calificó de "mera propaganda". "El bloqueo debe levantarse del todo para que gente y mercancías entren y salgan libremente", dijo uno de los portavoces islamistas.

Ligeramente más benévola ha sido la respuesta internacional. EEUU y la ONU saludaron el anuncio como un primer paso, confiando en que "la aplicación de estos principios permitirá mejorar la situación de Gaza", en palabras de un portavoz del Departamento de Estado de EEUU. La Casa Blanca habló de "un paso en la buena dirección".

LA POSICION ESPAÑOLA En los mismos términos se expresó el ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, mientras que la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, fue más prudente. "El detalle es lo que importa", aseguró desde Bruselas. "Israel debe asegurar que muchos, pero muchos más productos entran en Gaza para permitir a la gente reconstruir sus casas, levantar colegios e infraestructuras y llevar una vida normal", afirmó.

La UE ha propuesto a Israel que permita a sus inspectores volver a la terminal fronteriza de Rafá con Egipto. Incluso se ha ofrecido para supervisar los pasos terrestres con Israel y controlar el tráfico de barcos a Gaza si se levantara el bloqueo. Pero, de momento, Israel no responde.