Tony Blair obligó supuestamente al fiscal general, lord Goldsmith, a retirar los cargos de corrupción contra la empresa de armamento BAE, según el diario The Guardian. Las acusaciones se referían a determinados regalos que se hicieron supuestamente al jefe de la Fuerza Aérea saudí, el príncipe Turki bin Nasser, en relación con un contrato de casi 75.000 millones de euros para la venta a ese país de aviones militares y la construcción de una base aérea.