Richard Cooey --41 años, 1,74 metros y 121 kilos-- es un violador y asesino convicto que aguarda en el corredor de la muerte del estado de Ohio a que se le aplique la pena capital el próximo 14 de octubre. Para evitarlo, sus abogados han presentado un recurso en el que afirman que la obesidad de Cooey hará que los verdugos tengan problemas para encontrar sus venas, lo que convertirá su ejecución con la inyección letal en un acto cruel e inhumano. Además, una medicina contra la migraña que consume Cooey restará efectividad a las tres primeras drogas que sirven para anestesiar al reo.

En el 2003, Cooey ya se salvó en el último minuto de cumplir su condena.