El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sigue con la lengua afilada. Si el miércoles llamó al eurodiputado alemán Martin Schulz "kapo " nazi, ayer quiso desviar la polémica al cargar contra la oposición de centro-izquierda italiana. Il Cavaliere acusó a la coalición de El Olivo de haber "orquestado" las críticas que Shulz dirigió contra él y que propiciaron su airada reacción. "(La intervención de Shulz en la Eurocámara) estuvo adecuadamente preparada por nuestra oposición", dijo Berlusconi tras reunirse con la patronal de comerciantes de Roma.

La oposición italiana rechazó las acusaciones del primer ministro. Varios dirigentes de El Olivo aseguraron que no era necesario orquestar nada, ya que en Europa se sabe cuáles son las "anomalías" de Berlusconi y sus problemas con la justicia, informa Efe.

Berlusconi recibió, al menos, el apoyo de Alessandra Mussolini, la nieta del dictador fascista Benito Mussolini y miembro del partido de extrema derecha Alianza Nacional, aunque ésta calificó el incidente de "algo malo para Italia".