Ismael Abdurrahmán, de 23 años, que vive en el barrio de Kennington, al sur de Londres, se convirtió ayer en el primer detenido inculpado formalmente por los atentados fallidos del 21-J. Abdurrahmán, no obstante, no es ninguno de los cuatro sospechosos que intentó hacer estallar cargas explosivas en un autobús y tres estaciones de la red de metro londinense.

Según el texto de la acusación, el inculpado, "entre el 23 de julio y el 28 de julio contaba con información" con la que podía ayudar a la policía en la detención de algunos de los cuatro supuestos terroristas. En cambio, un hombre detenido en la localidad costera de Brighton, al sur de Gran Bretaña, fue puesto en libertad sin cargos.

La primera inculpación por el 21-J coincidió con la publicación de las indemnizaciones a las víctimas del 7-J y a sus familiares. Cada una de las familias de las 52 personas que murieron en los atentados tendrán derecho a recibir 11.000 libras (unos 15.950 euros), una cifra que, según la asociación que las representa, debería ser "cien veces mayor".

2.900 EUROS A LOS MENORES De acuerdo con el Programa de Compensación Criminal, los menores que dependían de un familiar fallecido en el atentado podrán recibir 2.000 libras (2.900 euros) hasta cumplir la mayoría de edad. Además, los supervivientes de los ataques incapacitados para trabajar tendrán derecho hasta un máximo de 500.000 libras (725.000 euros).

Un portavoz de la asociación de víctimas de delitos violentos dijo que las cantidades ofrecidas son meramente simbólicas: "El asesinato destruye además de la vida de la víctima, la de sus familias. Es una tragedia y ya es hora de que el Gobierno aumente las indemnizaciones". Las cifras contrastan con los dos millones de dólares (1.625 488 euros) que recibieron los familiares de los fallecidos en el 11-S.

ODIO RELIGIOSO Además, los peores augurios de la comunidad musulmana se han hecho realidad en las últimas semanas. Según Scotland Yard, los delitos motivados por odio religioso han aumentado hasta en un 600% desde los atentados del 7-J. En Londres --donde el martes hubo una falsa alerta tras detectarse humo en un autobús-- se han registrado desde esa fecha 269 incidentes, que van desde insultos a ataques a mezquitas. El año pasado hubo 40 casos.