La reforma sanitaria que impulsa la Administración Obama desde hace meses sigue dando pequeños pasos de gigante en su largo y tortuoso transitar por el Capitolio antes de que el presidente de Estados Unidos pueda, en caso de lograrlo, apuntarse una de sus mayores victorias políticas desde que llegó a la Casa Blanca hace casi un año. En todo caso el proceso no está siendo fácil y en el camino han ido quedando algunos de los aspectos que realmente prometían revolucionar el complejo sistema de salud estadounidense.

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, llevaba varias semanas negociando con los sectores díscolos de su partido para poder sumar los sesenta votos que necesitaba para sacar adelante su propuesta y, tras una serie de concesiones para contentar al ala demócrata más moderada, fue el lunes de madrugada cuando vio materializados esos esfuerzos con una primera votación en el pleno de la Cámara alta, eso sí, sin ningún voto de la oposición.

Obama intentó desde un principio que fuera un proyecto bipartidista y de consenso, pero con el tiempo ha quedado patente la férrea oposición de los republicanos, impulsados en gran parte por la mala acogida que ha tenido la propuesta de reforma entre la población. Pero esta vez ni siquiera el temporal que cubrió Washington de nieve este fin de semana pudo bloquear lo que parece ya un hecho.

Un republicano reconocía el domingo por la noche que ya solo un milagro podría parar la reforma y soñaba con la posibilidad de que la tormenta impidiera estar en el Capitolio a algún senador. Pero todos llegaron para asistir a la votación el lunes de madrugada, la primera de las dos que hay previstas antes de que el texto sea sometido a la consideración definitiva del pleno de la Cámara, el jueves.

Era otra de las barreras que debía superar una reforma con la que Washington quiere reestructurar la sanidad del país. Pero antes el proyecto deberá someterse a otro trámite de procedimiento previsto para hoy, y todo apunta a que la votación final será a las siete de la tarde del 24 de diciembre (la una de la madrugada del 25 en España).