La cuenta atrás para formar Gobierno en Irlanda del Norte comenzó ayer con un llamamiento del primer ministro británico, Tony Blair, y su homólogo irlandés, Bertie Ahern, a los partidos políticos norirlandeses a no dejar pasar esta "oportunidad de dimensiones históricas". La declaración conjunta, realizada en Bruselas, donde ambos mandatarios participaban en la cumbre europea, iba dirigida al líder del Partido Democrático Unionista (DUP), Ian Paisley, el máximo vencedor en las elecciones del miércoles. En sus manos está ahora la formación de un Gobierno compartido con el Sinn Féin, los otros grandes triunfadores de estos comicios.

El DUP obtuvo 36 representantes en la nueva Asamblea (+6); el Sinn Féin, 28 (+4); el Partido de los Unionistas del Ulster (UUP), 18 (-9); los nacionalistas del SDLP, 16 (-2); el Partido de la Alianza, 7 (+1), y otros, 3. La elección no ha resuelto el principal problema, que sigue siendo la formación de un Ejecutivo compartido. A pesar de que los ciudadanos se han manifestado en las urnas, todo el proceso democrático depende de la decisión final de un reverendo octogenario que a lo largo de medio siglo de carrera política ha fustigado y hundido a los unionistas que, como David Trimble (UUP), trataron de pactar con los republicanos. Ahora las excusas del pasado sobre el Sinn Féin y el IRA se han agotado.

LAS CONDICIONES DEL DUP Paisley exige para formar Gobierno el total compromiso de los republicanos en el apoyo a la policía y un paquete de ayuda económica por parte del Gobierno británico de 1.000 millones de libras (1.500 millones de euros), punto con el que el Sinn Féin está totalmente de acuerdo.

El ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Hain, envió ayer cartas a los nuevos miembros recién elegidos de la Asamblea advirtiéndoles de que "o bien Stormont funciona, o bien será cerrado".