La guerra y la ocupación de Irak fue "un gran error" y los soldados italianos serán retirados del país árabe en los "plazos técnicos necesarios, después de discutirlo con todas las partes interesadas". Con su voz monocorde y usando conceptos sencillos, Romano Prodi, jefe del nuevo Gobierno progresista de Italia, se desmarcó ayer de su antecesor, Silvio Berlusconi, al confirmar que el Ejecutivo retirará el contingente militar de Irak --unos 2.600 soldados--, lo que podría suceder hacia finales de año. El anuncio forma parte del programa de gobierno que Prodi presentó ante el Senado, que esta tarde debe darle el voto de confianza definitivo.

Mientras los senadores del centroderecha le interrumpían a gritos, Prodi explicó que "la guerra en Irak no ha resuelto, sino complicado los problemas de seguridad" y que, a causa de "la ocupación, "el terrorismo ha encontrado en Irak una nueva base y nuevos pretextos para acciones terroristas". Citando una frase del embajador de EEUU en Irak, Zalmay Jalilzad, el primer ministro dijo que la guerra "ha destapado la caja de Pandora y corre el riesgo de hacer estallar toda la región".

Italia, dijo Prodi, estará "en primera línea" en la lucha contra el terrorismo, incluso con la intervención militar, pero bajo la égida de las organizaciones internacionales.

Tras cinco años de políticas conservadoras, Prodi anunció cambios y modificaciones en algunas de las leyes más importantes que están en vigor porque, según dijo, hay que dar una "sacudida" económica y ética al país. Entre las reformas anticipadas figuran la de la ley electoral, la ley sobre la flexibilidad laboral que ha introducido una mayor precariedad económica entre los jóvenes, y la ley sobre el conflicto entre intereses privados y públicos, que afectará particularmente a Berlusconi.

RECHAZO A LA REFORMA Prodi invitó a rechazar una reforma constitucional de tipo federal aprobada por los conservadores, que en junio será sometida a un referendo popular. "No queremos castigar a nadie, porque no existen enemigos, sino que queremos concordia", dijo.

El programa confirma la reducción en cinco puntos de los costes laborales, con el objetivo de relanzar la economía. El Estado dejará de ingresar unos 10.000 millones de euros y se pretende recuperar esa cantidad mediante una lucha sin cuartel contra la evasión fiscal. El Gobierno mantendrá también la promesa de conceder una ayuda familiar por cada niño.