Un general y un exjefe de la policía al frente de la operación y cuatro meses de plazo para resolver la crisis de las basuras en la región de Campania, a la que pertenece Nápoles. Después de tres horas de reunión con todos los ministros implicados, el primer ministro italiano, Romano Prodi, anunció ayer un plan de choque para acabar con lo que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, había calificado como "una tragedia" y los medios informativos como "una vergüenza nacional".

El Ejecutivo progresista ha establecido que el Ejército limpie los lugares con los mayores y más urgentes problemas de salubridad y que las 24 regiones de Italia colaboren voluntariamente, "por cantidades y plazos delimitados", para eliminar la basura excedente que Campania no pueda destruir. Para resolver la situación de emergencia actual, con más de 100.000 toneladas de basura en las calles, el Gobierno ha ordenado la apertura de cuatro vertederos en la zona. El plan pretende acabar con el sistema de nombrar comisarios extraordinarios para la gestión de los desechos, que había favorecido la corrupción, y devolver la responsabilidad a los ayuntamientos, diputaciones y la región.