Romano Prodi se presentó el miércoles ante la prensa extranjera en Roma totalmente seguro del triunfo de su coalición, La Unión, y "sin ningún temor a que la situación cambie" a causa del empeño del primer ministro saliente, Silvio Berlusconi, de revisar miles de papeletas de las elecciones legislativas.

Prodi aseguró que su Ejecutivo respetará el programa electoral y que usará todas las prerrogativas de primer ministro para elegir a los miembros de su Gabinete, que "no tienen por qué ser" los líderes de los respectivos partidos de su coalición. Hasta la formación de su Gabinete, la segunda quincena de mayo, y su investidura habrá una cohabitación a la italiana.

APOYO HISTORICO Entre bromas y pullas contra el líder conservador, Prodi desestimó la propuesta de gran coalición a la alemana lanzada por Berlusconi, ya que "existe una coalición", la del centroizquierda, "que tiene el mayor número de votos de su historia". Esta propuesta no ha contado tan siquiera con el beneplácito de las formaciones de la Casa de las Libertades, como revelaron los democristianos.

Ante las denuncias de irregularidades hechas por Berlusconi, el dirigente progresista consideró que acaso el jefe del Gobierno saliente "tiene una crisis de identidad", dado que cuestiona la limpieza de un proceso que ha estado en sus manos. Los conservadores denunciaron el miércoles la existencia de "votos expropiados" a su grupo.

UNIR AL PAIS Pero la prensa, incluida la del propio magnate, no tenía dudas del triunfo del centroizquierda, aunque puso el acento en la necesidad de recomponer un país dividido. Una tarea que recae básicamente en los vencedores, como indicaba el diario Corriere della Sera . Al desafío, Prodi respondió con que buscará el consenso para hacer las reformas constitucionales y la ley electoral. Sobre la legislación de conflictos de intereses, el líder de La Unión aseguró que no será una vendetta contra Silvio Berlusconi.

En una muestra más de su seguridad en relevar a Berlusconi, Prodi avanzó que la lucha contra la Mafia será prioritaria y que cambiará la ley de inmigración, hija de la ultraderechista Alianza Nacional.

En política exterior, el futuro primer ministro confirmó la retirada de las tropas italianas este año, una de sus promesas electorales; la intención de dar a Italia un mayor papel en la escena internacional, especialmente con un trabajo "activo" en Europa, y una decisiva atención a Asia. Dada la situación anómala creada por Berlusconi, las felicitaciones oficiales del extranjero se hicieron esperar. Un contacto teléfonico con José Luis Rodríguez Zapatero y Jacques Chirac, y silencio de Washington y del Papa.