En su primera comparecencia tras el golpe de Estado, el nuevo hombre fuerte de Mauritania, el general Mohamed Uld Abdelaziz, se comprometió ayer a "preservar la democracia, restablecer la justicia y la igualdad entre los ciudadanos y combatir la prevaricación". Mientras, el derrocado presidente, Sidi Mohamed Uld Cheikh Abdallahi, sigue aparentemente detenido, como el jefe del Gobierno, Yaya Uld Ahmed el Waghef. Los partidarios de Abdallahi rechazaron la promesa de Abdelaziz: "Es una estafa camuflada para confiscar la voluntad del pueblo". Mientras, la capital, Nuakchot, recuperó ayer una relativa la normalidad.