Todo empezó el verano pasado, cuando un escritor danés fracasó en su intento por encontrar un artista que le ilustrara un libro sobre Mahoma, por temor a represalias. El diario Jyllands-Posten recogió la queja y pidió a distintos ilustradores que dibujaran al profeta. Sólo 12 aceptaron. "Fue una prueba para ver si la amenaza del terrorismo había limitado la libertad de expresión en Dinamarca", dijo Carsden Juste, el editor. La imagen que más ha indignado a los musulmanes es la que muestra a Mahoma con una bomba sobre el turbante (segundo por la derecha, arriba).