Partido por la mitad, con una parte que acepta los resultados y otra que los rechaza, en medio de una catarata de acusaciones de fraude y de llamamientos a la revuelta de los militantes. Así acabó ayer la elección de la máxima dirigente del Partido Socialista francés (PS).

El peor pronóstico se ha cumplido y la alcaldesa de Lille, Martine Aubry, a la que la dirección da la victoria por 42 votos entre 134.784 sufragios válidos, encabezará un partido dividido en dos bandos irreconciliables, alejado del poder nacional desde hace 15 años, desestabilizado por Nicolas Sarkozy e incapaz de armar una oposición creíble.

Las dos candidatas, Aubry y la exaspirante al Elíseo Ségolène Royal, comentaron ayer los resultados tras una angustiosa noche de confusión y enfrentamientos. A las seis de la mañana, el PS anunció que Aubry había obtenido 67.413 votos (50,02%) y Royal 67.371 (49,98%), con un 58,87% de participación.

PETICION DE UNIDAD Aubry leyó a las seis de la tarde una declaración en la que dijo que será la primera secretaria de todos los militantes y adquirió tres compromisos: unir el partido, renovarlo y ponerlo en marcha para hacer oposición a Sarkozy. En el telediario de TF-1, Royal se mostró prudente. Criticó a Aubry por haberse "autoproclamado" vencedora antes de la convalidación de los resultados, censuró el frente organizado en el partido contra ella, pese a que su moción fue la más votada, pero descartó abandonar el PS, para el que reclamó un "voto justo, controlado e incontestable". Ante lo ocurrido, "la responsabilidad de las dos es pedir que se vuelva a votar", dijo. Sus partidarios fueron más contundentes. Se pasaron la madrugada y el día de ayer denuciando "fraudes" y "trampas" en la votación y anunciando que utilizarán todos los medios jurídicos y políticos para impugnar los resultados. El más expresivo fue el diputado Manuel Valls, quien, en la cadena France 2, llegó a incitar a la rebelión interna. "Llamo a una revuelta de los militantes", dijo tras repetir que les habían "robado la victoria". "La única manera de salir de la crisis y de renovar el PS es volver a votar", aseguró. El bando de Royal sospecha de fraude en la federación del Norte, feudo de Aubry, y en la de Seine-Maritime, plaza fuerte de Laurent Fabius (aliado de la alcaldesa de Lille). En esas federaciones Royal tuvo unos resultados anormalmente bajos. El bando de Aubry replica que los interventores de Royal aprobaron las actas y lanza sospechas a su vez sobre los resultados en Bouches-du-Rh´ne (Marsella) y Hérault, feudos de la exaspirante al Elíseo.