Washington está empujando a los norteamericanos a un estado de psicosis colectiva por temor a ataques terroristas. Periódicamente, proclaman que el país sufrirá este verano un descomunal atentado destinado a desbaratar la campaña electoral o a pervertir el resultado de las presidenciales. Ahora, alertan de que un grupo terrorista autóctono truncará la convención de- mócrata a base de explosivos. El caso es mantener a la ciudadanía en alarma permanente y continuo sobresalto. Pero esa estrategia del miedo no siempre beneficia al Gobierno, cuyo mandato es el mantener la paz, no excitar el pánico.

*Periodista.