El presidente ruso, Vladimir Putin, reiteró ayer ante la cancillera alemana, Angela Merkel, que Rusia hará grandes inversiones para apuntalar su papel monopolista en el mercado europeo de hidrocarburos, acabando con la dependencia de las rutas por Bielorrusia y Ucrania. "Desarrollaremos nuestro sistema de transporte de carburantes para suministrarlos directamente a nuestros socios (europeos). Decimos sí a la cooperación, pero rechazamos el parasitismo", dijo Putin, en referencia a las recientes disputas sobre el precio del petróleo y del gas con sus dos antiguos vasallos soviéticos.

Merkel, que preside este semestre la UE, llegó a Sochi, en la costa del mar Negro, para hablar con el presidente ruso sobre las preocupaciones energéticas de la Unión Europea dos semanas después de que Moscú interrumpiera su suministro de gas al noreste de Europa debido a una "guerra de carburantes" con Bielorrusia. El conflicto sobre el precio del petróleo llevó a Merkel a afirmar que Rusia ya no era un abastecedor fiable para la UE. Tras su reunión con la cancillera alemana, Putin aseguró que Rusia estaba preparada para el diálogo.

Merkel y otros líderes de la UE creen que los suministros serán más fiables si Rusia pone fin a su monopolio estatal sobre las exportaciones de petróleo y gas. Sin embargo, el Kremlin ha defendido a pie juntillas su control sobre las ventas de las fuentes de energía en los mercados internacionales. Rusia aumentará en dos o tres años la capacidad de trasiego del sistema de oleoductos del Báltico de los actuales 75 millones a 110 millones de toneladas de crudo anuales.

MAR BALTICO El gigante del gas ruso Gazprom pondrá en marcha en el 2010 el gasoducto noreuropeo, que unirá los yacimientos de gas rusos con Alemania por debajo del mar Báltico. Rusia acelerará los ritmos de construcción del oleoducto de Siberia Oriental, que llevará petróleo a China.