El presidente ruso, Vladimir Putin, que deja su puesto el próximo 7 de mayo, se convirtió ayer en el líder del partido oficialista Rusia Unida (RU), que controla ampliamente la Duma (Cámara baja). Asimismo, reiteró que será el primer ministro tras la investidura del presidente electo, Dmitri Medvédev, que llega al Kremlin como su heredero político.

Los más de 600 delegados del congreso de RU, celebrado en Moscú, eligieron por unanimidad a Putin como presidente de esta fuerza política pese a que lo será sin convertirse en miembro del partido. Putin asumirá el cargo por cuatro años cuando deje el Kremlin, en mayo. "El liderazgo del jefe del Ejecutivo en un partido mayoritario es una práctica civilizada, tradicional y natural de los estados democráticos. Hoy, más que nunca antes, necesitamos la consolidación de fuerzas políticas y la unidad espiritual de nuestro pueblo", dijo.

Con esta maniobra, Putin reforzó sus posiciones como futuro jefe del Gobierno ruso. La presidencia de RU oficialmente pone a sus órdenes a 315 de los 450 escaños de la Duma, y garantiza la aprobación de cualquier legislación que Putin necesite para realizar sus planes económicos y políticos. Este esquema deja aislado a Medvédev, quien rechazó ayer una invitación paralela a ser "uno más" en las filas de RU, que agrupa a dos millones de militantes. Medvédev sí respaldó la iniciativa de que Putin encabece el partido.

El nuevo cargo de Putin es también un importante paso para lograr que el presidente saliente siga siendo el máximo líder nacional. El analista Aleksándr Konoválov dijo al periódico Nezavisimaya Gazeta que la designación de Putin demuestra que "hay grupos en el Kremlin que desean mantenerle en el poder bajo cualquier pretexto".

Hay también quien opina que la decisión de Putin de acumular cuantos más puestos mejor demuestra su "nerviosismo".