El presidente ruso, Vladimir Putin, ha dicho en varias ocasiones que no cambiará la Constitución --que no le permite un tercer mandato consecutivo tras completar el segundo actual, dentro de tres años-- para presentarse a las elecciones presidenciales del 2008. ¿Y si lo pretende más tarde, en el 2012, cuando ya tendrá 60 años?

"Bueno, no estoy seguro de que quiera hacerlo", coqueteó el líder ruso en una reciente cena con el canciller alemán, Gerhard Schröder. Según la dirigente liberal Irina Jakamada, en el Kremlin se baraja un posible escenario según el cual, en el 2008, Putin cedería la presidencia durante cuatro años a un hombre de confianza, mientras él encabezaría el Gobierno hasta su vuelta como presidente.

Para este ambicioso plan, el Kremlin necesita el apoyo de gobernadores regionales, y un Parlamento donde la oposición no tenga una representación relevante. Putin dio la semana pasada un paso más en su reforma electoral y administrativa, que ya ha abolido las elecciones directas de los gobernadores, ahora nombrados desde Moscú.

Sin independientes

La Duma (Cámara baja rusa), dominada por el partido progubernamental Rusia Unida, ha aprobado, a instancias del presidente, varias enmiendas a la ley electoral que dificultan aún más el acceso al Parlamento de fuerzas y políticos que no tengan el apoyo del Kremlin.

La nueva ley suprime la elección de diputados independientes, que ocupan la mitad de los 450 escaños en la Duma, y prohíbe la participación en los comicios de bloques electorales, lo que impide formar alianzas a la oposición liberal, fragmentada en varios pequeños partidos.

"Creo que la reforma de la ley electoral tiene como objetivo la formación de un Parlamento monolítico, donde no habrá lugar para el punto de vista alternativo que hasta ahora han expresado los diputados independientes", dijo a este diario Valeri Gartung, diputado que abandonó recientemente el grupo parlamentario de Rusia Unida para protestar contra "los métodos autoritarios" de sus colegas.

"El Kremlin está cavando su sepultura. Se está creando un sistema político basado en el monopolio de un único partido progubernamental, a imagen y semejanza del sistema soviético", dice el diputado independiente liberal Serguei Mitrojin. "Este proceso lleva al descrédito del sistema de poder, que pierde así su legitimidad a los ojos de la sociedad. De una situación semejante surgió la llamada revolución naranja en Ucrania", añade.

Las enmiendas están en la misma línea que las que el año pasado elevaron de 10.000 a 50.000 personas el mínimo de miembros que deben tener los partidos para poder aspirar a la Duma, y les obligaron a operar en más de la mitad de las 89 repúblicas y regiones de Rusia.

Enmiendas a la ley

Sólo dos partidos representados en la Cámara baja, Rusia Unida y el Partido Comunista, cumplen con los requisitos. En los comicios de diciembre del 2003, Rusia Unida obtuvo 305 escaños, mientras los comunistas perdieron la mitad de sus escaños y los liberales no entraron en la Duma, a diferencia de dos movimientos nacionalistas apoyados por el Kremlin.

Las enmiendas a la ley electoral, criticadas por la oposición, reducen del 25% al 5% las firmas de electores en apoyo de un partido que permiten descalificar a esa fuerza si la Junta Electoral Central las encuentra falsas. Los partidos que están en la Duma no necesitarán esas firmas, y los que reafirmen o logren presencia parlamentaria tendrán una financiación estatal seis veces superior a la actual. Las elecciones federales, regionales y locales se celebrarán el segundo domingo de marzo.

La oposición tildó estos cambios como otro paso autoritario que refuerza la "democracia dirigida" de Putin, a quien acusan de restringir la libertad y el pluralismo para formar un sistema de poder donde nadie pueda desafiar su autoridad.