Ella Kisayeva, una activista del Comité Madres de Beslán, dice: "No queremos y no podemos vivir en un país en el que la vida humana no tiene valor. Pedimos asilo político en cualquier Estado que respete los derechos humanos". Esta organización agrupa a unas 200 mujeres cuyos hijos murieron o resultaron heridos el 3 de septiembre del 2004 cuando un comando terrorista checheno asaltó la escuela número 1 de Beslán (Osetia del Norte) tomando más de 1.200 rehenes.

Las madres publicaron ayer, durante el primer día de los actos conmemorativos de esta masacre, un llamamiento a "todos los estados democráticos", pidiendo asilo político para los familiares de los fallecidos. La toma masiva de rehenes, que se produjo durante la ceremonia de inauguración del año escolar, terminó 52 horas después en un baño de sangre.

La visita de hoy

"Nosotros, los familiares de las víctimas, hemos perdido la esperanza de que se lleve a cabo una investigación justa de las causas de esta tragedia", dice el llamamiento que se publicó la víspera de la visita de las Madres de Beslán al Kremlin, prevista para hoy. "¡Invitarnos al Kremlin el día del aniversario de la masacre de Beslán es un acto de cinismo! Pero iremos para echarle en cara a Putin que es el principal culpable de la muerte de nuestros hijos", afirma con firmeza Susana Dudiyeva, la coordinadora del Comité Madres de Beslán. El hijo de Dudiyeva Zaur, de 13 años, también murió ese trágico 3 de septiembre.

Respuesta de Moscú

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha invitado a las madres a visitarle en su residencia oficial este viernes después de que éstas advirtieron de que los hombres de Estado serán personas no gratas en los actos conmemorativos. El presidente visitó Beslán inmediatamente después de la tragedia, pero pasó la mayor parte del tiempo en reuniones con autoridades.

"Conseguimos el derecho a hablar al precio de la vida de nuestros niños. Hemos conocido la felicidad y hemos conocido la infelicidad. A lo mejor el presidente --que tiene dos hijas-- sólo ha conocido la felicidad. Le mostraremos lo que es la infelicidad", declaró con cierta indignación Dudiyeva.

Un año después de la tragedia que causó 331 muertos, entre ellos 187 niños, las autoridades rusas y los vecinos de Beslán tienen diferentes respuestas a la pregunta ¿quién es el culpable? Mientras la fiscalía rusa continúa el juicio a Nur Pashi Kulayev, el único hombre vivo sospechoso del secuestro, los familiares de las víctimas consideran que los verdaderos responsables de la masacre son las autoridades locales y los dirigentes del estado de crisis que organizó una dura y torpe operación de rescate. Las madres también destacan la incompetencia que permitió a los terroristas llegar a su pequeña ciudad desde la fronteriza Chechenia, atravesando las carreteras más vigiladas.

La fiscalía general de Rusia ha admitido que la investigación de la masacre aún está lejos de concluir. Los familiares de las víctimas de la escuela temen que Kulayev no vivirá hasta el final del dramático proceso porque su versión de los hechos discrepa de la oficial y culpa a las fuerzas especiales rusas de haber causado la mayor parte de las víctimas mortales.

Según los fiscales, la mayor parte de las muertes se produjeron a causa del incendio provocado por la explosión fortuita de una bomba instalada por los terroristas en el gimnasio. Este estallido desencadenó una improvisada operación de rescate cuando niños cautivos comenzaron a huir del recinto escolar.

La discrepancia

Las madres de los menores muertos y los diputados del Parlamento de Osetia del Norte, que llevan su propia investigación, no están de acuerdo con estas conclusiones. "La fiscalía ha dejado de negar que las fuerzas de seguridad emplearon tanques y lanzallamas, pero sostiene que los lanzallamas no pudieron causar el incendio y que los tanques se usaron cuando ya no había rehenes dentro de la escuela", dijo el vicepresidente del Parlamento norosetio, Stanislav Kesayev, quien encabeza la comisión parlamentaria para investigar la masacre del año pasado.

Sin embargo, Kulayev y varios testigos afirman que las tropas usaron tanques, misiles y lanzallamas para desalojar a los terroristas del edificio de la escuela, mientras todavía estaba lleno de rehenes. "La mayor parte de las víctimas se debieron al hundimiento del techo del gimnasio y el posterior incendio que pudo haber sido provocado precisamente por el fuego de los tanques y de lanzallamas", afirmó Kesayev,

Shamil Basayev, el señor de la guerra checheno que se responsabilizó del ataque, calentó las mentes aún más al declarar el martes que los servicios especiales rusos abrieron un "corredor seguro" a sus hombres para llegar a Beslán como parte de una emboscada que salió mal. Esta versión ha sido rechazada por las autoridades rusas.

Un año después de la trágica toma de rehenes, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja estima que un tercio de las 578 familias afectadas requerirán apoyo psicológico a largo plazo. Al trauma psicológico se suman las secuelas físicas. En total, unas 120 personas, entre ellas 80 niños, sufren discapacidades serias como consecuencia del asalto terrorista. De los 80 niños, 25 son huérfanos.