Rusia ha vuelto a declarar una guerra sin cuartel a los terroristas islamistas. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, juró ayer que a los autores del atentado en el aeropuerto de Domodédovo, que el lunes se cobró 35 víctimas mortales, les espera un "castigo implacable".

Putin calificó el atentado, que además dejó 180 heridos, de "crimen abominable, sin sentido y cruel". Las autoridades rusas atribuyen su autoría a las guerrillas islamistas del Cáucaso norte, a pesar de que nadie se ha responsabilizado. Precisamente la guerrilla chechena se atribuyó el último doble ataque suicida en el metro de Moscú, que dejó 40 muertos en marzo del 2010.

El Kremlin se ha negado a reconocer su parte de responsabilidad por el atentado. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, echó toda la culpa a la dirección del aeropuerto, que pertenece a una compañía privada, y advirtió de que los responsables pagarán caro por su negligencia, que permitió que un terrorista pudiera llegar con una bomba a la zona de llegadas internacionales.

"Lo que ocurrió demuestra que se infringieron de forma evidente las normas de seguridad. No es tan sencillo introducir en un aeropuerto tal cantidad de explosivos. Por ello deben responder todos aquellos que tienen algún vínculo con la compañía que toma las decisiones allí, así como la propia dirección del aeropuerto", dijo Medvédev durante una reunión con el Servicio Federal de Seguridad.

UN KAMIKAZE La explosión se produjo a las 16.32 (dos horas menos en España) cuando un kamikaze activó un artefacto explosivo en medio de un gentío que se dirigía hacia la salida del aeropuerto tras haber recogido sus equipajes. Según fuentes policiales, la potencia del estallido fue de 5 kilos de dinamita. Ade- más, la bomba estaba armada con metralla para incrementar el número de víctimas. Según la mayor parte de los testigos, solo hubo un kamikaze que llevaba una maleta con el artefacto explosivo. La policía está buscando a tres posibles cómplices.

Las acusaciones de Medvédev fueron rechazadas rotundamente por la dirección de Domodé- dovo, que a su vez apuntó a los agentes del departamento de Policía responsables de la seguridad en el aeródromo como a los principales responsables de la tragedia. "La zona donde se produjo el estallido está vigilada por el departamento de Policía de Domodédovo", dijo la portavoz del aeropuerto, Elena Galanova. En el 2004, un agente de policía del aeropuerto fue acusado de negligencia tras dos explosiones de aviones que costaron la vida a más de 90 personas. El agente detuvo en un punto de control de Domodédovo a dos mujeres sospechosas que llegaron del Cáucaso norte, pero por razones desconocidas, les dejó ir sin registrar su equipaje. Horas después, esas mujeres hicieron estallar dos aviones.

De entre los 35 muertos en el atentado suicida perpetrado el lunes en el aeropuerto moscovita, ocho son extranjeros, entre ellos dos británicos, un alemán y un búlgaro. Putin anunció ayer que cada una de las familias de los fallecidos recibirá una compensación de 74.000 euros.