En un intento por frenar la ola de atentados que han dejado al menos 77 muertos desde el pasado lunes, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, envió ayer a la Duma (Cámara baja) un proyecto de ley de amnistía para los rebeldes chechenos. Putin dejó claro su deseo de que sea aprobado la próxima semana.

"Se trata de un acto de humanismo cuyo propósito es crear las condiciones propicias para una vida pacífica en Chechenia", escribió el líder ruso en una carta dirigida al presidente de la Duma. "La proclamación de la amnistía está dictada por un acontecimiento histórico en la vida de los ciudadanos chechenos, que es la aprobación de la nueva Constitución", agregó el presidente.

En el referendo celebrado en marzo, el 96% de los chechenos dio su apoyo a la nueva Carta Magna, que fija que Chechenia es "parte inalienable" de Rusia.

El indulto beneficiará a aquéllos que "renunciaron o renuncien a su participación en grupos armados ilegales o depongan las armas antes de la medianoche del 31 de julio del 2003". El indulto no incluye a la mayoría de los líderes separatistas y mercenarios, ni a los que "hayan cometido crímenes graves". Tampoco afectará a los extranjeros ni a las personas sin ciudadanía. Eso significa que no habrá perdón para los rebeldes de origen árabe ni para los afganos, que forman parte de los grupos más radicales.