El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, negociaron ayer en Moscú una alianza estratégica en el campo energético que permitirá en el futuro a los inversores franceses participar en el gigante ruso Gazprom, que suministra una cuarta parte del gas que consume Europa. A cambio, Francia se ha comprometido a garantizar a los inversores rusos acceso a sus principales empresas, en un intento de paliar los recelos del Kremlin de que sus inversiones en grandes adquisiciones en Europa Occidental sufren discriminación.

"Las compañías francesas podrán participar en la economía rusa. Es una práctica absolutamente justa y transparente cuando las compañías practican la penetración recíproca de los capitales", dijo Putin en una rueda de prensa conjunta posterior a las negociaciones en el Kremlin. Por su parte Sarkozy informó de que ha transmitido "al presidente Putin el interés de los inversores franceses en entrar en el capital de grandes compañías rusas, como Gazprom". "Es bastante normal que nuestros amigos rusos quieran entrar en el capital de cierto número de compañías francesas y algo que debería también cumplirse en sentido contrario", afirmó.

La entrada en Gazprom sería un logro estratégico para el capital francés. Actualmente, la participación extranjera en el gigante de gas ruso se acerca al máximo del 20% permitido por la ley rusa. El accionista extranjero más importante ha sido Ruhrgas, con un 6,5%, que aspira a aumentar su presencia.

EN VISPERAS DE VIAJAR A IRAN La primera visita de Sarkozy a Moscú se produjo en vísperas de su viaje a Irán. El programa nuclear de Teherán fue ayer uno de los puntos más conflictivos, pese a que el presidente francés anunciara que se ha conseguido un acercamiento de posiciones con Putin. Francia quiere que las Naciones Unidas aprueben nuevas sanciones contra Teherán, mientras Rusia se opone.

"Me parece que nuestras posiciones en cierta medida se han acercado", dijo Sarkozy. Discrepando de esta estimación optimista, el líder del Kremlin reiteró que Rusia no dispone de pruebas de que Irán tiene la intención de fabricar armas nucleares. "No tenemos pruebas objetivas al respecto y, por lo tanto, partimos del hecho de que Irán no tiene semejantes planes; quizás nuestro análisis no es del todo el mismo sobre la situación en ese país", dijo.

Según el presidente francés, el futuro de Irán dependerá de su disposición a reanudar la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). "Ya veremos si los iranís están dispuestos a cooperar, habrá que analizarlo. Pero lo importante es la voluntad de colaborar. Creo que es un momento sustancial que atañe a todo el planeta", indicó Sarkozy.

Otro punto importante de desencuentro que ha nublado las negociaciones en el Kremlin fue el tema de Kosovo. Rusia rechaza la independencia tutelada de la provincia albanesa de Serbia, que defiende Occidente, e insiste en la integridad territorial del país eslavo.

Sarkozy dijo que Francia cooperará con Rusia en la búsqueda de una solución para el problema de Kosovo y afirmó que aboga por encontrar una solución aprobada por Moscú. "Considero que Europa debe seguir unida y confiamos en la cooperación con Rusia. Es un asunto europeo e intentaremos resolver el problema de modo que no humille a nadie", aseguró con rotundidad el presidente francés.