Imparable en la defensa de su "fuerte capacidad disuasoria de guerra", Corea del Norte tensó ayer hasta el límite su relación con la comunidad internacional. No contento con el lanzamiento, el miércoles por la noche, de una primera salva de seis misiles que provocó firmes condenas, el régimen de Pyongyang disparó otro proyectil ayer, como si quisiera recordar que su desafío no ha terminado.

El súbito aumento de la tensión en la península donde aún se erige la última y fortificada frontera de la guerra fría desató una infrecuente unanimidad en la comunidad internacional. En medio de una vorágine diplomática, solo China y Venezuela se salieron del guión a la hora de condenar como "una provocación" y un "acto irresponsable" --las palabras más utilizadas ayer-- el lanzamiento de los misiles norcoreanos.

FIRMEZA DE LA UE La presidencia finlandesa de la Unión Europea (UE) condenó "con firmeza" el lanzamiento de misiles y aseguró que consultará con otros miembros de la comunidad internacional una respuesta "eficaz". Estados Unidos excluyó discusiones directas con el régimen norcoreano, y la Casa Blanca se mostró contundente en su respuesta a Pyongyang.

El portavoz del presidente George Bush, Tony Snow, aseguró que Washington "tomará todas las medidas necesarias" para proteger a EEUU y a sus aliados. En su primera declaración sobre el asunto, Bush aseguró que Corea del Norte se "ha aislado más del mundo" con el lanzamiento de misiles.

DE LARGO ALCANCE Entre los siete misiles disparados, uno de ellos quita el sueño a Washington: el intercontinental Taepodong-2, de largo alcance y con un radio de acción suficiente como para cruzar el Pacífico y caer en Alaska o el norte de la costa oeste de EEUU. Según fuentes gubernamentales estadounidenses, la prueba de lanzamiento del Taepodong-2 falló a los 40 segundos y el misil cayó en el mar de Japón, pero puso en alerta máxima a las fuerzas estadounidenses, niponas y surcoreanas.

Tres de los misiles eran de corto alcance tipo Scud, de origen soviético, y los tres últimos eran de alcance medio, Nodong-1. Según fuentes militares rusas, los misiles lanzados fueron 10. El lanzamiento masivo de los proyectiles fue elegido por Pyongyang en una fecha significativa: en el momento de las pruebas en EEUU era todavía 4 de julio, día de la Independencia.

Con este lanzamiento, Corea del Norte se apuntó un punto significativo en la guerra propagandística que le enfrenta a Estados Unidos. Pero, además, el desafío norcoreano amenaza con ser la estocada definitiva a unas difíciles negociaciones nucleares entre las dos Coreas, Japón, China, Rusia y Estados Unidos.