Corea del Norte ha vuelto a amenazar hoy con nuevos ataques a Corea del Sur y ha responsabilizado a Seúl y también a Estados Unidos del intercambio de disparos en la isla Yeonpyeong, habitada por civiles y ubicada en la tensa frontera del Mar Amarillo. Pyongyang ha rechazado celebrar una reunión militar con el Comando de la ONU después de que este, liderado por EEUU y encargado de supervisar el armisticio con el que finalizó la Guerra de Corea (1950-53), propusiera el encuentro a nivel militar para abordar el ataque norcoreano, que causó la muerte de dos militares y dos civiles. Pero Corea del Norte ha rechazado hoy la propuesta al considerar que "aparentemente no ve beneficios prácticos en las conversaciones", ha informado hoy un portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur citado por la agencia local Yonhap.

El Gobierno de Pyongyang ha asegurado que lanzará "sin dudar una segunda y una tercera ronda de poderosos ataques físicos en represalia", según un comunicado difundido por la agencia oficial norcoreana KCNA. El régimen comunista de Kim Jong-il también ha indicado, sin dar detalles, que Estados Unidos, que tiene unos 28.500 soldados desplegados en Corea del Sur, "no puede evadir su responsabilidad por el intercambio de artillería".

Por su parte, el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, ha ordenado hoy fortalecer la defensa en la tensa frontera marítima con Corea del Norte, ha informado la Casa Presidencial. Lee ha convocado hoy a sus ministros y asesores relacionados con la seguridad nacional y la economía para una reunión de emergencia en la que se ha decidido incrementar la presencia militar en las cinco islas del Mar Amarillo (Mar Occidental), donde se produjo el suceso.

El presidente Lee ha indicado que es preciso estar preparados para "otra provocación" de Corea del Norte, algo que "puede ocurrir en cualquier momento", ha informado la agencia local Yonhap.

El Gobierno ha acordado "incrementar la fuerza militar, incluidas tropas de tierra, en las cinco islas del Mar Amarillo y dedicar más partidas presupuestarias a hacer frente a las amenazas de Corea del Norte", de acuerdo con un portavoz de la Casa Presidencial. En esas islas, a unos kilómetros apenas de la costa norcoreana, las fuerzas militares serán equipadas con las mejores armas de las que dispone el Ejército surcoreano.

Respaldo parlamentario

La decisión del Gobierno se produce el mismo día que el Parlamento surcoreano ha instado al Ejecutivo a tomar medidas contundentes para prevenir futuras provocaciones del régimen comunista de Corea del Norte. La petición forma parte de una resolución, presentada a iniciativa del partido gobernante, que ha sido aprobada hoy en el hemiciclo surcoreano con 261 votos a favor, solo uno en contra y nueve abstenciones.

El texto destaca que la "provocación militar armada" de Corea del Norte viola el armisticio que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953), y pide al régimen de Kim Jong-il que cese en sus provocaciones y se disculpe por el ataque. También insta al Gobierno de Seúl a reaccionar con rapidez y firmeza ante cualquier futura provocación norcoreana, y a proseguir sus esfuerzos diplomáticos para informar de la situación a la comunidad internacional.

Presión a China

Una de esas islas, Yeonpyeong, fue la atacada este martes con 170 disparos de artillería del régimen comunista de Corea del Norte, que causaron cuatro muertos, de ellos dos civiles y dos militares, y destruyeron una veintena de casas. Además, Seúl ha decidido hoy modificar su actual política con respecto a posibles ataques del régimen norcoreano (las llamadas reglas de enfrentamiento) desde su actual estado "preventivo" por el de "responder a una posible provocación", según ese portavoz.

El portavoz oficial surcoreano ha indicado que Seúl va a seguir presionando a China para que se implique en la resolución de la crisis por su papel de gran aliado del régimen norcoreano, como también han reclamado EEUU y Japón. Según la agencia Yonhap, el ministro de Exteriores chino, Yang Jiechi, que tenía previsto visitar mañana Seúl para reunirse con su colega surcoreano, Kim Sung-hwan, ha pospuesto su viaje, alegando problemas de agenda.

Pekín ha mostrado su "preocupación" por la tensión entre las dos Coreas y ha llamado a la "calma", pero no ha condenado expresamente el ataque norcoreano, efectuado por sorpresa cuando en el Mar Amarillo militares de Corea del Sur realizaban ejercicios militares.