Un nuevo ataque volvió a poner ayer de manifiesto la vulnerabilidad de Estados Unidos en Arabia Saudí, cuna de Al Qaeda y primer productor mundial de petróleo. Presuntos extremistas islámicos abrieron fuego en Riad contra militares estadounidense y al menos uno de ellos resultó herido leve, según la embajada de EEUU. En otro incidente, las fuerzas de seguridad saudís abatieron a dos presuntos radicales islamistas relacionados con los atentados de Jobar.

En un comunicado difundido por internet (www. qal3ati.net), Al Qaeda se atribuyó los disparos. "Los muyahidin del comando de Faluya han tendido una emboscada a un grupo de oficiales estadounidenses, matando a dos e hiriendo gravemente a un tercero", indicaba la nota.