Nada parece indicar que los responsables del atentado suicida ocurrido ayer a apenas unos metros del templo de Mahram Belques, en la región yemení de Marib, tuvieran como principal objetivo acabar con la vida de viajeros españoles. Pero el resultado del ataque terrorista que, según las autoridades yemenís, llevaba "el sello de Al Qaeda", fue la muerte de siete turistas con pasaporte español, dos ciudadanos yemenís y la hospitalización de otros seis viajeros de nacionalidad española con heridas, uno de ellos en estado muy grave. "Me estoy intentando recuperar de la noticia", relató por teléfono a este diario, visiblemente afectada, una mujer perteneciente a la reducida comunidad española residente en Saná, la capital del país.

El peor atentado jamás sufrido por turistas españoles en el extranjero ocurrió alrededor de las 17.30 horas de ayer (dos horas menos en España), según el Ministerio de Exteriores español. Los funcionarios de la Embajada española en Saná, creada hace un año --una representación diplomática que aún no funciona a pleno rendimiento--, no quisieron dar detalles de lo sucedido y remitieron a la prensa a un número de teléfono del Ministerio de Exteriores en Madrid. Al parecer, un coche suicida se abalanzó contra un convoy compuesto por cuatro todoterrenos a apenas un centenar de metros del lugar turístico visitado. La caravana iba escoltada por vehículos de la seguridad yemení.

FUERTE IMPACTO Los españoles viajaban en los dos vehículos centrales en los que el coche bomba impactó de lleno. En un primer momento, los heridos y los fallecidos fueron trasladados a un hospital local, pero a media tarde de ayer las víctimas estaban siendo trasladadas a la capital yemení. El Gobierno español envió a Yemen un avión para repatriar a las víctimas, a bordo del cual viajará el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Joan Clos, y un nutrido equipo médico, informa Pilar Santos. Nada más conocerse el incidente, la funcionaria Rebeca Chantal Guinea se puso al frente del teléfono de emergencias, mientras que el cónsul honorario español en Yemen, Alguan Said al Saibani, un ciudadano yemení casado con una española, se dirigió al lugar de los hechos. A él se le unió poco después el embajador español en Yemen, Marcos Vega Gómez.

"Personalmente he hablado con dos o tres familiares; no les hemos podido informar de si su allegado estaba en el grupo de fallecidos o en el grupo de heridos; están a la expectativa y la esperanza es lo último que se pierde", explicó una fuente de la legación española a cargo de atender las llamadas telefónicas desde España. La identidad de las víctimas mortales no será dada a conocer hasta que no regrese a Saná el embajador español.

PESAR CIUDADANO "Nos hemos enterado por Al Jazira", relató un trabajador español de la legación. "Estamos muy apesadumbrados porque este era un país relativamente tranquilo", aseguraron las mismas fuentes.

Para el Gobierno de Yemen, cuna de la familia del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, no hay dudas respecto a la autoría del atentado terrorista. "Las primeras informaciones muestran que Al Qaeda está detrás de esa acción cobarde", afirmó una fuente gubernamental a la agencia de noticias Saba. "Las fuerzas de seguridad perseguirán con firmeza y fuerza a los terroristas, tal como han perseguido en el pasado a los terroristas que intentaban perjudicar a la estabilidad y a la economía nacional y los intereses del país", concluyó.

Varios partidos políticos yemenís se apresuraron a condenar el atentado y a subrayar que daña las perspectivas del país de ser un destino turístico. EEUU considera a Yemen algo así como un santuario de terroristas. La Audiencia Nacional anunció anoche que ha abierto diligencias para investigar el caso.