Un grupo vinculado a Abú Musab al Zarqaui, líder de Al Qaeda en Irak, se atribuyó ayer la muerte de uno de los dos ciudadanos búlgaros que mantenían retenidos, según informó la cadena de televisión Al Jazira. Además, los gobiernos de Irak y EEUU pidieron ayer al Ejecutivo de Filipinas que no ceda a la presión de los radicales, que tienen secuestrado a uno de sus ciudadanos, y retire las tropas de Irak.

En unas imágenes transmitidas por Al Jazira, tres enmascarados afirmaron haber cumplido con su advertencia de matar a uno de los secuestrados, y amenazaron con ejecutar al otro en un plazo de 24 horas. Los captores de los dos camioneros búlgaros habían dado a EEUU el pasado 8 de julio un día para liberar a los presos iraquís.

En Washington, un alto funcionario de la Administración estadounidense declaró, en referencia al secuestro del ciudadano filipino y al anuncio de la retirada de Manila: "Creemos que esta decisión enviaría un mensaje equivocado a los terroristas de todo el mundo". En la misma línea se manifestó un consejero del Ministerio de Exteriores iraquí, quien aseguró que esta decisión animaría a los radicales "a seguir con estas prácticas".

"LO MAS PRONTO POSIBLE" El viceministro de Exteriores filipino, Rafael Seguís, grabó un vídeo en el que se dirigía a los secuestradores y que emitió la cadena qatarí Al Jazira el lunes por la noche. En él hizo este anuncio que ayer --tras un desmentido inicial que ilustró la confusión reinante en Manila--, fue confirmado por la ministra, Delia Albert: "En respuesta a vuestra exigencia, Filipinas retirará a las fuerzas humanitarias tan pronto como sea posible .... Sabemos que el islam es una religión de paz y gratitud".

La exigencia para no decapitar al conductor Angelo de la Cruz, es que los 51 soldados filipinos destacados en Irak dejen el país antes del 20 de julio y no el 20 de agosto, fecha que tenía comprometida la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, con EEUU. Un oficial del Ejército filipino declaró que el repliegue tardaría en hacerse sólo tres días con la ayuda logística de EEUU.

Mientras, la policía iraquí hizo ayer la mayor operación contra la delincuencia en el país desde que cayó el régimen de Sadam. Sabah Kadhem, portavoz del Ministerio de Interior, declaró que los agentes habían detenido a 527 personas en Rusafa, una zona en la margen oriental del Tigris. Kadhem explicó que "son sospechosos de robos, asesinatos, secuestros y proxenetismo".