Al Qaeda en Irak emitió ayer un comunicado en internet en el que asegura que no perpetró el atentado del miércoles en Bagdad que mató a más de 20 niños. El grupo que lidera el terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui afirma que su objetivo no es matar a civiles, sino "combatir a los enemigos de Alá, a los cruzados y a sus aliados, la policía y el Ejército iraquís".

Ayer se celebraron los funerales de algunas víctimas de la masacre, y un equipo de la TV iraquí que iba a cubrir la información fue atacado por un grupo de hombres armados. Tres periodistas resultaron heridos.

El grupo de Zarqaui se atribuyó el ataque de ayer en un control policial junto a la Zona Verde, el búnker que alberga al Gobierno y Parlamento iraquís, así como a las embajadas de EEUU y del Reino Unido. El atentado, que mató a dos policías e hirió a otras seis personas, entre ellas cuatro civiles, lo cometieron dos suicidas. Uno hizo estallar un coche bomba y el otro accionó los explosivos que llevaba adosados al cuerpo. En el resto del país, al menos 14 personas murieron en diferentes ataques rebeldes.

Entretanto, el Ejército de EEUU informó de la captura de dos estrechos colaboradores de Zarqaui. Uno de ellos, conocido como Abú Seba, está presuntamente implicado en el secuestro y asesinato del diplomático egipcio Ihab al Sharif, así como en los atentados contra un diplomático de Bahrein y el embajador en Irak de Pakistán.

Según el Gobierno iraquí, el número de muertos civiles en lo que va de año es superior a las bajas entre las fuerzas de seguridad. Hasta el 30 de junio, 1.594 civiles han muerto en el país, según el Ministerio de Sanidad, contra 895 policías y soldados del Ejército iraquí. La cifra de rebeldes abatidos es de 781.

El Ministerio del Interior cifró en 8.175 los civiles iraquís muertos en atentados en los diez meses que terminaron el pasado 31 de mayo, informó The New York Times .