Al Qaeda ha vuelto fortalecida. La estructura central de la red de Osama bin Laden, que quedó muy dañada tras los bombardeos estadounidenses en Afganistán, ha podido reconstruirse en Pakistán y ha renovado su jerarquía militar con nuevos mandos. La nueva dirección ha conseguido tener estructuras permanentes en tres regiones del mundo: Pakistán-Afganistán, Irak y el Magreb. Los atentados en Argel, que causaron 30 muertos la pasada semana, han demostrado la capacidad operativa de los salafistas, que hoy se denominan Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

A esas estructuras estables hay que sumar las células terroristas locales que en decenas de países occidentales y musulmanes se han sumado de forma autónoma a la yihad de Bin Laden. Entre estos espontáneos figuran los kamikazes de Casablanca, que fabricaron sus propios explosivos con productos de droguería.

Al Qaeda ha logrado penetrar en el Magreb al asimilar a los argelinos del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, tras dos intentos frustrados por el fuerte carácter nacionalista de los islamistas de Argelia. El jefe del grupo es el experimentado guerrillero Abú Musab Abdul Wadud, curtido en los combates con el Ejército argelino en la región montañosa de la Cabilia.

Durante estos últimos cinco años, Al Qaeda fue la franquicia a la que se sumaron terroristas para cometer atentados. Seguían las orientaciones de Bin Laden, cuya red les prestaba apoyo, y reivindicaban los ataques en su nombre. Sin embargo, esas acciones no eran obra de Al Qaeda, a diferencia del 11-S que sí fue planificado, financiado y ejecutado por el núcleo duro del grupo.

La regeneración de Al Qaeda y su capacidad para organizar atentados de gran envergadura se detectó el pasado agosto tras el complot para hacer estallar en pleno vuelo con explosivos líquidos una decena de aviones de la ruta entre Gran Bretaña y EEUU. La investigación desveló que el plan no habían sido ideado por ninguna célula local, sino que fue confeccionado minuciosamente por los dirigentes refugiados en Afganistán y Pakistán.

Los servicios de información llegaron a la conclusión de que la estructura central de Al Qaeda se había reconstruido "en las zonas tribales de Pakistán", según explicaron al semanario The Observer algunos responsables británicos. Estos consideran que ese país asiático es ahora "el centro de gravedad de Al Qaeda".