Todo empieza con una foto: en ella aparecen dos ancianos caminando juntos frente a las ruinas de una vivienda destruida por las llamas. Hace por lo menos seis años que la imagen sale publicada en la prensa española, semana tras semana, como parte de la campaña de captación de socios de la agencia de la ONU para la atención de los refugiados (ACNUR). Poco a poco se han convertido en una presencia constante. Son demasiado familiares. Y puede que sigan vivos.

La foto fue tomada en 1998 en una pequeña aldea de Kosovo llamada Jezercka. Es toda la información de que disponen en el Comité Español de ACNUR. En cambio, lo que pueden explicar ampliamente es por qué la imagen lleva más de seis años apareciendo en las páginas de la prensa española. "La verdad es que desde aquí hemos enviado otras fotografías a los periódicos --explica una portavoz--, pero como es un anuncio gratuito ellos son los que deciden qué ponen y dónde lo ponen. Si los viejitos siguen apareciendo no es por nosotros. Lo más probable es que sea una decisión del maquetador".

Decisiones precipitadas

No es difícil imaginarlo: maquetadores de periódico que a última hora de la noche y bajo la presión del cierre se encuentran con un agujero en la página de contactos. ¿Con qué lo llenamos? Con los ancianos. "Es un milagro que sigan saliendo", afirma la portavoz. Una mera casualidad. Estén donde estén, será difícil hacerles creer que su imagen ha dado millones de vueltas en los rodillos de las rotativas.

Los responsables de ACNUR disponen de un dato valioso: el nombre del fotógrafo. Un tal R. Lemoyne. No es descabellado pensar que Lemoyne tal vez sabe algo, que recuerda quiénes eran los ancianos o que incluso conserva sus nombres anotados en alguna parte, y en todo caso es casi seguro que sabe con exactitud dónde está Jezercka. Lemoyne es canadiense, fotógrafo de guerra desde hace años. En su página web aparecen algunas de las fotos que ha tomado en Kosovo, Irak, el Congo, Oriente Próximo, Somalia, Etiopía y Sudán, muchas de ellas premiadas. Su nombre de pila es Roger; el indicativo de su teléfono corresponde a Montreal.

"Ese fue un viaje que hice con Unicef en octubre del 98, cuando los refugiados kosovares empezaban a regresar a sus hogares. Visitamos varios pueblos. Uno de ellos era Jezercka, que está en un rincón muy apartado, en las montañas, hacia el centro del país. A medida que avanzábamos nos encontrábamos aldeas quemadas por todas partes. Estaba vacía porque la gente tenía miedo y prefería vivir en los bosques. Los que tenían edad de combatir estaban en combate, así que la gente que nos salía al paso eran viejos, mujeres y niños. Los dos ancianos de la foto no habían podido irse, se quedaron a vivir entre las ruinas".

Lemoyne ignora la suerte de los ancianos, pero dice que casualmente tiene previsto regresar a Kosovo antes de que acabe el año. No solo eso: el objetivo del viaje es volver a los lugares que visitó entonces y ver qué pasó con las personas que salieron en sus fotos. Irá con el escritor estadounidense Kurt Pritzer. Lemoyne acaba de ganar el Premio Lange-Taylor que concede cada año la Universidad de Duke, y ha recibido 20.000 dólares para llevar a cabo el proyecto. ¿Puede ser que regrese a la diminuta Jezercka a buscar a los ancianos?