La pregunta clave es ¿qué quiere Sadr? Este shií radical, al que hace apenas un año sólo apoyaba un grupito de iraquís, se ha convertido en el líder de la revuelta contra las tropas extranjeras. Hábilmente, el jefe del Mehdi ha puesto a sus soldados al servicio de esta lucha con una táctica alejada de la violencia indiscriminada y adornada con el halo de los mártires.

Pero su estrategia es más política que militar. Por eso, la transición iraquí también dependerá de si Sadr defiende su idea de un Estado teocrático en las urnas o configura una guerrillera shií, al estilo de Hizbulá o la Yihad Islámica.

*Periodista.