Hay más de 250.000 españoles en Argentina y cerca de 41.000 en Uruguay, según el censo de residentes ausentes. Los dos candidatos a la presidencia del Gobierno lo tienen en sus cálculos electorales. Eso explica que José Luis Rodríguez Zapatero haya visitado ambos países hace unas semanas y que, desde ayer hasta el próximo domingo, Mariano Rajoy haga lo propio.

El líder de la oposición tiene previsto un mitin en Buenos Aires y otro en Montevideo y, ayer se reunió con la presidenta de argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Recién aterrizado en la capital bonaerense, Rajoy habló de la reciente decisión del Tribunal Constitucional de ratificar, por la mínima y con el voto contrario de los conservadores, la constitucionalidad del nuevo Estatuto valenciano. "Yo siempre respeto lo que digan los tribunales, me guste más o menos", se limitó a responder. Pero lo que levantó mayor polémica fue su valoración de la aprobación de la ley de memoria histórica, que garantiza la nacionalidad a nietos de quienes la perdieron a consecuencia del exilio. Según Rajoy, esa medida es discriminatoria y, dado que garantiza pasaporte y voto a ocho millones de supuestos nuevos españoles, merece un "gran pacto nacional".