El cardenal Joseph Ratzinger tenía muy adelantada una reforma que permitiría la comunión de los divorciados vueltos a casar por la vía civil. Según una información publicada ayer por el diario romano La Repubblica , sobre la cual la oficina de prensa del Papa guardó silencio, el futuro Benedicto XVI preparó un documento en su calidad de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a cuyo contenido se opusieron un número significativo, aunque no precisado, de obispos y cardenales.

MINIRREVOLUCION La fórmula barajada por Ratzinger, que sería una minirrevolución para la comunidad católica, es la consideración de "no culpable" del cónyuge abandonado de una pareja y, al mismo tiempo, el hecho de que "se vea obligado" a divorciarse. No se sabe si el documento establece un mecanismo probatorio del abandono u otros requisitos a presentar en una institución eclesiástica.

El mismo diario informaba ayer de que el cardenal Ratzinger tenía sobre su mesa un proyecto para prolongar hasta los 80 años la edad de jubilación de obispos, arzobispos y cardenales, fijada ahora en los 75 años. Así se evitarían una serie de renuncias en cascada en los próximos años, aunque existe cierta oposición a la reforma porque puede acentuar la impresión de que el Gobierno de la Iglesia católica es una gerontocracia.

La muerte de Juan Pablo II dejó estas dos reformas paradas. La que afecta a los divorciados parece que requiere un periodo de maduración más largo, aunque se considera indispensable para avanzar en el diálogo con otras iglesias cristianas.

Otros dos documentos fueron preparados por la congregación antes de la muerte de Juan Pablo II: uno, referido a la unidad de los cristianos, y otro sobre la naturaleza divina de Jesús, una de las muchas cuestiones teológicas que distanció al cardenal Ratzinger del suizo Hans Küng, su amigo de juventud. Como en los casos anteriores, se desconoce cuáles son los planes de Benedicto XVI sobre estas iniciativas.

El último documento de los que ayer se tuvo noticia es un informe que circuló entre los cardenales los días inmediatamente anteriores al cónclave, según la información difundida por el diario La Stampa . En él se habla de la situación "de la Iglesia" y, especialmente, "en la Iglesia" en Europa, Africa y América del Norte. El texto, de 10 páginas, hace referencia expresa a "la falta de coherencia de los sacerdotes, la ruptura de la regla del celibato, la mala utilización del dinero de los fieles y la violación del secreto de confesión".

TEXTO ALARMANTE Aunque no se sabe quién redactó el informe, el hecho de que sea muy detallado lleva al diario a aventurar: "Es alguien que dispone de un punto de observación privilegiado y muy interno sobre la Iglesia. Incluso sobre Roma". El texto alarmó en grado sumo a los cardenales, que agradecieron a Ratzinger la rotundidad doctrinal de la homilía del pasado lunes, horas antes de encerrarse en la Capilla Sixtina.

"A menudo, Señor, tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, una barca en la que entra agua por todas partes", dijo Ratzinger el lunes, algo que ahora se interpreta como una alusión directa al contenido del documento. Según el diario, la alarma desencadenada y la determinación del oficiante acabaron por decidir a los electores.