Audaz golpe de la insurgencia en Bagdad. Decenas de hombres armados, vestidos de agentes y a bordo de vehículos policiales rodearon ayer la sede del Ministerio de Finanzas iraquí, irrumpieron en las oficinas y secuestraron a un grupo de cinco ciudadanos británicos. Fue el incidente más destacado de la jornada en Irak, en la que además murieron otros 10 soldados de EEUU.

"Funcionarios de la embajada británica en Bagdad están en contacto urgente con las autoridades iraquís para establecer los hechos e intentar garantizar un rápido y positivo desenlace", declaró a la prensa en Londres un portavoz del Foreign Office. Desde Montreal, la empresa de seguridad canadiense Garda World confirmó que cuatro de los secuestrados eran empleados suyos, que trabajaban como guardaespaldas, y que el quinto era un cliente, al parecer un consultor de la firma estadounidense Bearing Point, especializada en tecnología y gestión.

A POR "LOS EXTRANJEROS" Informaciones iniciales procedentes de la policía iraquí apuntaban que entre los secuestrados había tres alemanes, expertos en finanzas, pero horas después el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, sin desmentirlo formalmente, dio a entender que todo indicaba lo contrario. De acuerdo con la versión de un testigo de los hechos, empleado del Ministerio de Finanzas, el secuestro tuvo lugar en el momento en que las víctimas abandonaban una de las oficinas del edificio, situado en la calle Palestina, en el centro de la capital. "Los secuestradores entraron gritando: ´¿Dónde están los extranjeros?´", dijo el testigo.

El secuestro de los cinco occidentales en Bagdad constituyó el colofón de una nueva jornada de violencia y muerte en Irak en la que perdieron la vida 10 militares estadounidenses, lo que convierte al mes de mayo, con 114 muertos, en el más sangriento para el contingente de EEUU desde noviembre del 2004.