Los rebeldes sembraron ayer Bagdad de coches bomba en una nueva demostración de fuerza, a tan sólo 12 días de la celebración de las elecciones generales del próximo 30 de enero. En total se produjeron cinco fuertes explosiones en la capital que dejaron un saldo de al menos 26 muertos, según cifras del Ejército norteamericano. Las autoridades iraquís rebajaron el número de fallecidos a 12. En medio de este clima de extrema violencia, el jefe del equipo electoral de la ONU, Carlos Valenzuela, advirtió de que las amenazas de los insurgentes pueden provocar el abandono masivo de los iraquís que trabajan en la organización de las elecciones, lo que impediría celebrar los comicios.

Los atentados de produjeron en cadena, en un periodo de apenas cuatro horas, y en vísperas del Aid (la fiesta del sacrificio), que hoy se celebra en todo el mundo musulmán. La primera de las explosiones se registró a las siete de la mañana hora local, cuando un paquete bomba introducido en la cabina de un camión estalló junto al muro que protege la Embajada de Australia en Bagdad. Dos personas perdieron la vida y otras cuatro resultaron heridas, dos de ellas soldados australianos.

MATANZA EN KARRADA El ataque más mortífero, sin embargo, fue el cometido en el barrio de Karrada, cuando otro vehículo cargado de explosivos estalló cerca de una comisaría de policía y de un hospital. La explosión acabó con la vida de 18 personas, cinco de ellas policías, e hirió a una veintena, según fuentes estadounidenses.

En otro atentado, un suicida lanzó el coche bomba que conducía contra la base del Ejército iraquí de Al-Muthanna, mientras que otro kamikace detonó otro vehículo cargado con explosivos cerca de la puerta del banco Al Rafidain, donde un grupo de policías esperaban cobrar sus salarios. El quinto coche bomba estalló cerca del aeropuerto de Bagdad. El balance de los tres ataques fue de seis muertos y más de 20 heridos.

Fuera de la capital, en la ciudad shií de Hilla, zona donde están desplegadas las fuerzas polacas, una explosión se llevó por delante la vida de un policía iraquí. También en Kerbala murió otro agente y en el centro del país un agente británico de seguridad privada. El grupo que lidera el jordano Abu Musab al Zarqaui reivindicó cuatro de los cinco ataques de Bagdad.

ASESINADOS DOS REHENES La escalada de atentados es imparable y crecen en número e intensidad a medida que se acerca la fecha electoral. Además del Ejército norteamericano y las fuerzas de seguridad iraquís, también se han convertido en blanco de los grupos armados los candidatos, sobre todo los de confesión shií, y los iraquís implicados en la preparación de las elecciones. Ayer, el grupo Ansar al Sunna colgó en internet un vídeo que muestra el asesinato de dos rehenes iraquís que trabajaban para una empresa norteamericana vinculada a la organización de los comicios.