Los prisioneros palestinos recluidos en cárceles de Israel han comenzado una huelga de hambre "a muerte" con el objetivo de que el servicio de prisiones satisfaga sus demandas para mejorar sus condiciones.La protesta, según fuentes penitenciarias, ha comenzado en las prisiones de Eshel y Nafha, situadas en el sur, y la de Hadarim en el centro del país, y afecta a unos 1.500 de los 3.800 reclusos ingresados actualmente en establecimientos penales.Los carceleros han comenzado esta mañana a quitar de las celdas radios y televisores, no han distribuido los diarios, se ha prohibido la venta de cigarrillos y se han cancelado las visitas.El ministro de Seguridad Interior, Tsaji Hanegbi, responsable de la Policía Nacional y el servicio de prisiones, ha anticipado que, de acuerdo con el primer ministro Ariel Sharon, han acordado no acceder a las peticiones de los presos.”Peor que en Abú Graib”Activistas de derechos humanos y abogados de los prisioneros, que tienen previsto ofrecer hoy una rueda de prensa en la ciudad de Ramala, afirman que el trato que se les dispensa "es peor que el que reciben los iraquís en la cárcel de Abú Graib, en Bagdad"."En lo que a mi respecta, pueden hacer la huelga por un día, una semana, un mes o incluso morirse de hambre", afirmó el ministro Hanegbi el pasado viernes, después de una consulta con las autoridades penitenciarias y los servicios secretos israelís).Entre las principales reclamaciones, los presos palestinos exigen que se les permita usar teléfonos móviles y públicos, no ser sometidos desnudos a los cacheos, y permitirles el contacto personal con sus visitantes, lo que actualmente hacen separados por una mampara.