Bélgica tiene un Gobierno provisional de tres meses, pero la grave crisis política que atraviesa el país desde hace siete meses está lejos de resolverse. La primera propuesta de reforma del Estado, presentada al rey por el primer ministro provisional, el liberal flamenco Guy Verhofstadt, ha chocado con el rechazo de los partidos francófonos, que la consideran "excesiva" y "desequilibrada" en favor de Flandes. Los partidos flamencos, por su parte, valoran la propuesta como una "contribución interesante", pero que se queda corta y podría, además, dañar la solvencia financiera de Flandes.

Verhofstadt plantea un "nuevo pacto federal" para mantener unida Bélgica. El plan propone dar mayores competencias a Flandes, Valonia y Bruselas, pero al mismo tiempo limita esa autonomía mediante una cooperación entre regiones.