La reforma institucional prometida por Nicolas Sarkozy se ha convertido en un nuevo foco de malestar en el partido gubernamental, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), después de los desgarros causados por la apertura a la izquierda. Los diputados de la mayoría rechazan especialmente dos de las 77 propuestas de reforma de las instituciones que ayer le fueron entregadas al presidente de la República por el exprimer ministro Edouard Balladur, presidente del comité de 13 expertos que ha trabajado durante tres meses en la preparación de un informe.

Parte de la UMP rechaza la eliminación de uno de las peores defectos de la democracia francesa, la acumulación de cargos; es decir, que no se pueda compartir una función ministerial y un cargo electivo y, sobre todo, que no se pueda ser al mismo tiempo diputado o senador y alcalde, presidente de departamento o de región. Esta acumulación convierte a los parlamentarios en jefes de feudo y resta protagonismo al Parlamento. Muchos diputados de la mayoría se oponen también a la instauración de una pequeña dosis de proporcionalidad en las elecciones por sistema mayoritario.