Les llaman la colonia de Moscú en el Támesis y es un club exclusivo para exiliados de oro. Desde mediados de los 90, miles de millonarios y multimillonarios rusos han hecho de Londres su lugar de residencia. Hasta que estallara el caso Litvinenko, la capital británica era un lugar seguro para los que hicieron su fortuna bajo la presidencia de Boris Yelstin y que ahora prefieren esconder su dinero en paraísos fiscales y mantenerse a una conveniente distancia de Vladimir Putin. Algunos son tan conocidos como Roman Abramovich, el magnate del petróleo y dueño del Chelsea; Leonard Blavatnik, otro petrolero; o Boris Berezovski, refugiado político además de millonario. La colonia rusa en Londres teme ahora que las bandas mafiosas puedan alcanzarles en Londres. B. A.