El ciudadano francés, Pierre Camatte, liberado el pasado martes después de casi tres meses de cautiverio, describe el secuestro en manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). "Me aislaron y durante todo este tiempo apenas pude comunicar con alguien", señaló el francés, con rostro cansado y más delgado, ante una expectante delegación francesa de periodistas que acompañaron al presidente galo, Nicolas Sarkozy, en su viaje hasta Bamako para agradecer a las autoridades de Mali los esfuerzos en la liberación.

La cara de Camatte aparece algo quemada y el pelo desaliñado. Es la imagen de un exrehén cuya vida pendía de un hilo. La imagen de un excautivo que resistió a la dureza del desierto del Sahel en circunstancias muy precarias y, pero aún, bajo la constante amenaza de muerte.

CINCO HOMBRES

Pierre Camatte, arropado por sus compatriotas y con gesto de felicidad, explicó que el secuestro lo ejecutó un grupo de cinco hombres armados contra los que intentó defenderse sin éxito el pasado 25 de noviembre en la ciudad de Menaka, cuando comenzó su infierno.

Desde que llegó al refugio de los terroristas permaneció incomunicado con el exterior, nunca supo exactamente hasta qué remoto punto de la zona del Sahel lo llevaron, aunque fuentes próximas a los negociadores confirmaron que estuvo retenido en la región de Kidal, de las principales retaguardias de los discípulos de Bin Laden.

DURA SOLEDAD

La soledad fue dura, pero sobre todo la falta de higiene y las malas condiciones alimentarias. Recuerda aún con asombro el "fanatismo religioso" de los radicales que le retuvieron durante los tres meses, y que solían vociferar "vamos a islamizar el mundo".

La cita con el Corán era constante. "Se pasaban todo el día recitando y cantando el texto religioso", dice Camatte muy sorprendido con el perfil de los reclutados por la organización de Al Qaeda.

JÓVENES DE APENAS 20 AÑOS

"Eran jóvenes que apenas alcanzaban los 20 años. Siempre repetían que los musulmanes de Francia no son verdaderos musulmanes", comenta este ciudadano que el pasado martes volvió a nacer.

Creyó que su vida corría seriamente peligro por las reiterativas amenazas de muerte. Los miembros de la célula del argelino Abú Zeid que lo capturaron le lanzaban muy a menudo el gesto de degüello con el dedo y pensaba que "el final le podía llegar en cualquier momento".

Su destino ha sido, al final, la libertad. "Fueron días muy difíciles, el presidente de Mali ha sido un hombre muy valiente. Si no hubiera sido por él, probablemente no estaríamos aquí", comentó Sarkozy, en alusión a la decisión del Gobierno de Mali de excarcelar a cuatro islamistas que canjearon por el ciudadano francés.

Pierre Camatte volará hoy en un avión privado hasta el sur de París donde se encontrará con su familia. Abandona Malí, lugar en el que se asentó con la ilusión de llevar a cabo proyectos de cooperación de lucha contra la pobreza y otro mal endémico, el paludismo, como estuvo haciendo en los últimos años.

Casi una década pasó en la ciudad de Menaka, al norte de Malí, aun así, los terroristas lo fijaron como un enemigo, un blanco de ataque.

La liberación del francés ha devuelto la alegría a la población de Menaka- la mayoría es Tuareg- para la que Camatte era uno más de la familia. "Están todos muy contentos", aseguran notables árabes al norte del país.

RECUERDO PARA LOS ESPAÑOLES E ITALIANOS

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, tras el encuentro con el jefe de Estado de Mali, Amadou Toumane Touré, se dirigió a los medios de comunicación: "Me acuerdo de los españoles y los italianos. Hay que ir a rescatarlos". Si los tiempos fijados por Al Qaeda en el Magreb Islámico se siguen cumpliendo como hasta ahora, los tres voluntarios catalanes volverán a casa sanos y salvos.