El líder del Partido Conservador, David Cameron, ha llegado al palacio de Buckingham para, según marca el protocolo británico, aceptar la invitación de la reina Isabel II para convertirse en nuevo primer ministro del Reino Unido y formar un nuevo Gobierno.

Cameron se ha dirigido a la residencia de la casa real en Londres después de que el hasta ahora jefe del Gobierno, el laborista Gordon Brown, haya pesentado su dimisión del cargo a la misma soberana para facilitar la transición.

Gordon Brown ha anunciado esta tarde frente al 10 de Downing Street que se va. En su alocución, el líder laborista ha asegurado que su dimisión iba a tener efecto de forma "inmediata", como así ha sido.

Después de hablar con el secretario de la reina y de anunciar sus intenciones al país, Brown se ha desplazado a Buckingham Palace para presentar personalmente la renuncia a Isabel II, tal y como manda la convención británica.

RETIRADA

Acompañado de su esposa Sarah Brown, y con todo el staff observando su parlamento, el dirigente laborista ha deseado a David Cameron, sin mencionarlo directamente, toda la suerte en la formación del Gobierno. Se entiende por la renuncia que las negociaciones entre laboristas y liberaldemócratas no han fructificado, aunque aún no se conocen los detalles.

"Ha sido un privilegio ocupar el cargo de primer ministro. Y desde él he podido aprender mucho sobre la naturaleza humana y de sus debilidades, incluidas las mías", ha dicho el ya expremier. "He amado este trabajo intensamente, no por el poder, sino por la convicción de intentar expandir el potencial de este gran país y hacerlo más tolerante, más verde, más democrático y más justo".

Brown ha agradecido el esfuerzo de las tropas británicas ("representan lo mejor de este país"), de su equipo, de su esposa y sus hijos. Hoy ya no dormirá en Downing Street.

NEGOCIACIÓN ABIERTA

Falta ver ahora si los conservadores son capaces de alcanzar un acuerdo de gobierno con los liberaldemócratas o deciden mandar en solitario. Las negociaciones entre ambos partidos continuaban hoy de forma frenética. Según ha dicho Nick Clegg, líder liberaldemócrata, "todo se aclarará pronto".